Por Mariana Morales Lobo

La observación de aula puede ser una estrategia interesante para el desarrollo profesional docente y la mejora de la práctica a nivel de centro educativo. A pesar de ello, según los datos del Informe Talis de 2018, en España, solo el 19 % de los docentes se forman con actividades basadas en el aprendizaje y observación entre iguales (el promedio de la OCDE se sitúa en el 44 %). Para poder implementar de manera sistemática una observación entre iguales dentro de un centro educativo es necesario facilitar la organización y disponer de estrategias para llevarlo a cabo, además de desarrollar y profundizar en el trabajo en equipo de los docentes superando la cultura individualista de la profesión. 

Nos referimos a la observación dentro de una misma institución educativa, realizada entre compañeros docentes, de modo formal o informal –las visitas a otros centros educativos pueden compartir algunas características con la observación entre pares, pero en un marco diferente. En los últimos años han surgido iniciativas de observación entre pares a nivel de centro educativo como la del Instituto Pau Claris de Barcelona (llamada “Passeu per taquilla”) o el programa de observación entre iguales que desarrollo en el colegio Sant Josep (Barcelona) y Mare de Déu del Carme (El Prat de Llobregat). Fruto de esta experiencia, así como de cientos de horas de observación de aulas, comparto con los lectores algunas reflexiones sobre el porqué y el cómo iniciar una observación entre iguales en un centro educativo.

1. El contexto y los porqués importan

Observamos para aprender unos de otros, para reconocer las buenas prácticas propias y ajenas y poder mantener conversaciones pedagógicas. Al plantear por primera vez una observación entre iguales en un centro educativo afloran muchas reticencias por parte del profesorado, que puede percibirlo como una intromisión (más) en su trabajo. Compartir los objetivos de la observación de aula de manera explícita es esencial para que la experiencia sea bien recibida y aprovechada. 

Para que la experiencia redunde en una mejora de la calidad de la enseñanza, el contexto y los porqués importan, y mucho. Es esencial que un sistema de observación entre iguales se realice en un contexto de trabajo en equipo del profesorado, en el que los tiempos de trabajo conjunto se dedican a la reflexión compartida  sobre la práctica profesional y no solo para abordar aspectos organizativos o de convivencia escolar. Es en este clima de trabajo en el que la experiencia puede ser valorada positivamente como una aportación y un apoyo a los docentes, haciendo que fortalezcan los vínculos de confianza profesional entre ellos. 

Carece de sentido, en consecuencia, que la observación entre iguales persiga el control o la rendición de cuentas. ¿Cómo se puede dar por válida una observación de 2 clases por docente para una evaluación del desempeño, del conjunto del millar que imparte cada curso? ¿Acaso no es demasiado fácil burlar un sistema así? ¿Qué sentido tiene semejante dedicación de horas y esfuerzo aplicada a todo el personal? ¿Qué evidencias tenemos de que mejora la calidad de los docentes?

2. El apoyo institucional también importa

Aunque sea de Perogrullo, lo diremos: la estructura organizativa del centro debe facilitar las observaciones. En un proceso de observación formal, por cuestiones prácticas, se suelen organizar parejas pedagógicas que se turnan los roles de observador y observado, es decir, se hacen observaciones de ida y vuelta. Cada ciclo de observación comienza con una entrevista previa a la observación, prosigue con la propia observación y se cierra con una entrevista posterior a la observación. Si se quiere aprovechar la experiencia, el ciclo debe completarse y para ello cada pareja de docentes necesita coincidir al menos 6 veces (3 para cada observación). El apoyo por parte de la dirección de los centros es imprescindible, facilitando ajustes en los horarios y espacios de reunión.

3. Algunos consejos para iniciarse en la observación formal entre iguales:

  • Aprende técnicas de escucha activa y aplícalas a las entrevistas. Observar y escuchar son palabras hermanas.
  • Escoge como pareja pedagógica otro docente de diferente etapa o materia. Es mucho más fácil focalizar la atención.
  • Al principio, lo más importante es generar confianza en el observado. Planifica cuidadosamente cuándo será la observación y las entrevistas. Procura que la entrevista posterior sea el mismo día de la observación.
  • Acuerda en la entrevista primera cuál será el foco de la observación. En caso de dudas, seguid el criterio del observado para darle confianza.
  • Toma notas durante la observación y después fíltralas. Deshazte de ellas después de la experiencia. 
  • En la entrevista posterior, lo importante es escuchar al observado. Algunas buenas preguntas para la conversación pueden ser: ¿Cómo te has sentido? ¿Cómo valoras la clase? ¿Qué repetirías? ¿Qué crees que han aprendido tus alumnos? ¿Qué cambiarías si pudieras? 
  • Explicitad ambos lo que habéis aprendido con la observación.

 

Mariana Morales Lobo
Consultora en el ámbito de la educación.
Miembro del equipo de apoyo de la PIPR
Twitter @Marianamorale19
es.linkedin.com/in/marianamoraleslobo

 

Bibliografía: