quijote“Una golondrina no hace verano”

Por Mariana Morales

Como formadora de profesorado, a menudo me preguntan qué aspecto considero más importante cambiar en la práctica docente. Quizá algunos se esperan que responda algo relacionado con el dominio de las TIC, la actualización pedagógica o la incorporación de alguna metodología concreta como el aprendizaje cooperativo o el PBL. Sin embargo, por encima de ello, considero más importante desarrollar el trabajo en equipo del profesorado y fomentar la reflexión compartida sobre la práctica docente.

En nuestra tradición educativa, el trabajo del docente tiene una fuerte componente individual. El docente prepara sus clases y cierra la puerta de su aula para impartirlas. Evalúa su actividad en solitario y modifica aquello que considera necesario. Este planteamiento individualista de la profesión docente está llamado a desaparecer en el siglo XXI, en el que prima la colaboración y el trabajo en equipo entre profesionales de los diferentes ámbitos. Hoy en día, cuesta encontrar alguna profesión que se pueda desarrollar, de manera eficaz, en solitario.

Veamos las repercusiones que tendría un cambio en la cultura del trabajo de “cada maestrillo con su librillo” al trabajo en equipo, desde diferentes perspectivas: los estudiantes, las familias, los equipos directivos y los docentes.

Los estudiantes. Con el trabajo coordinado de los docentes, los estudiantes percibirían una coherencia en los métodos que se aplican y en los criterios que se emplean para evaluar sus aprendizajes. Además, el trabajo en equipo del profesorado implicaría una revisión permanente sobre métodos y evaluación, lo cual beneficiaría ampliamente a los estudiantes, quienes disfrutarían de pedagogías actualizadas y acordes con lo que necesitan aprender en el siglo XXI. A menudo a un mismo estudiante, en sesiones seguidas de clase, se le somete a metodologías y sistemas de evaluación incoherentes entre sí.

Por otro lado, cada vez son más los docentes que se animan a proponer trabajos en grupo a sus estudiantes, incluso algunos se atreven con el aprendizaje cooperativo. Es frecuente escuchar quejas sobre las escasas habilidades de los estudiantes para trabajar en equipo y acerca de los conflictos que surgen en los grupos de trabajo. Sería interesante (y coherente) comenzar a mejorar el trabajo en equipo de los docentes que atienden a un mismo grupo de estudiantes. A partir de la reflexión y el análisis compartido de lo que nos sucede a nosotros mismos (docentes) como miembros de un equipo encontraremos algunas claves para mejorar el trabajo en equipo de nuestros alumnos: fomentar la confianza, descubrir los talentos, tener objetivos claros, planificar y evaluar periódicamente nuestras actuaciones, etc.

Las familias. Las familias necesitan confiar en el centro educativo. El proyecto del centro debe ser asumido por todo el profesorado. La preocupación de las familias en cada cambio de curso acerca de “quién les tocará este año” es un síntoma de que queda mucho por hacer en un centro en cuanto al trabajo en equipo del profesorado. Cuando existe una buena coordinación entre docentes y un proyecto compartido, esta inquietud de las familias simplemente carece de sentido.

Es necesaria, además, la coordinación entre docentes para la atención personalizada de los estudiantes. Esto es particularmente importante en los casos de atención a necesidades especiales: trastornos de aprendizaje, altas capacidades, etc., así como en otras cuestiones importantes como alergias, situaciones familiares delicadas, cuestiones culturales, lingüísticas, etc. Cuando las familias tienen que pedir una tutoría cada curso escolar (a veces con cada profesor) para explicar al nuevo tutor la situación especial de sus hijos, quedan cosas por mejorar en la coordinación del profesorado.

Los equipos directivos. Además de ser un modelo para el resto del centro en cuanto a su funcionamiento como equipo, los equipos directivos deben facilitar espacios y tiempos a los docentes para que, respetando sus convenios laborales, puedan reunirse de manera regular. Además, los equipos directivos pueden facilitar el buen funcionamiento de los equipos haciendo un seguimiento de la planificación y evaluación de su trabajo, escogiendo a los coordinadores con mayores habilidades de liderazgo para cada equipo, facilitando la formación que cada uno necesite y asegurándose de que el trabajo de los equipos está alineado con el proyecto educativo del centro.

Los docentes. Los docentes son los principales beneficiados del trabajo en equipo realizado por ellos mismos. Con una buena organización, son incontables las tareas que se pueden ahorrar. La reflexión compartida permitirá detectar buenas prácticas y ayudar a desaprender otras obsoletas o ineficaces en el contexto actual.

Respecto a la innovación educativa, son frecuentes los casos en que las innovaciones y buenas prácticas acaban olvidándose precisamente porque no se han compartido con el equipo docente (aunque a veces se muestran en congresos y redes de docentes). La innovación, para que sea sostenible, debe ir íntimamente ligada a un proceso de desarrollo del trabajo en equipo del profesorado y de su empoderamiento como profesionales de la educación. Citando a Don Quijote: “Una golondrina no hace verano” (y hacía bien de ir con Sancho Panza en sus correrías…).

Los docentes disponen además de técnicas y herramientas para el desarrollo profesional docente que se adaptan como un guante al trabajo en equipo. Entre ellas, son particularmente útiles:
• La observación entre iguales. Los docentes pueden mostrar sus mejores prácticas a otros compañeros para aprender unos de otros.
• El portafolio docente realizado en equipo. Los docentes reflexionan conjuntamente sobre su práctica docente y lo reflejan en una carpeta que se muestra a los demás equipos del centro.

Enlaces

• La observación entre iguales para la innovación educativa (Blog PIPR): https://practicareflexiva.up.edu.mx/la-observacion-entre-iguales-para-la-innovacion-educativa/ (consultado 2016/10/13)
• Trabajo en equipo de los profesores en Educación Primaria. MECD, Instituto de evaluación. Sistema estatal de indicadores de la educación (2009):
http://www.mecd.gob.es/dctm/ievaluacion/indicadores/2009/2009p51.pdf?documentId=0901e72b8011b599/ Ofrece datos sobre frecuencia de reuniones de profesorado y asuntos tratados en las reuniones, en educación Primaria, en centros de titularidad pública y privada. (consultado 2016/10/13)
• For Effective Schools, Teamwork is Not Optional (blog EDUTOPIA) http://www.edutopia.org/blog/effective-schools-teamwork-not-optional-sean-glaze/ (consultado 2016/10/13)

Bibliografía

• López Hernández, A. (2007) El trabajo en equipo del profesorado. Barcelona, ed. Graó.
• Pujolàs, P (2008) El aprendizaje cooperativo. Barcelona, ed. Graó.

Mariana Morales Lobo
Consultora en el ámbito de la educación.
Colaboradora de la Plataforma Práctica Reflexiva
es.linkedin.com/in/marianamoraleslobo