Por Alejandra Nocetti
A veces parece una “tendencia” el empleo de ciertos recursos o estrategias para estimular una práctica reflexiva en las instituciones que forman al profesorado. Portafolios electrónicos, narrativas o la observación de clases se emplea esperando que por sí mismos estimulen una práctica reflexiva, lo que no siempre resulta ser efectivo. Al respecto, se comparten algunas ideas y experiencias desarrolladas en el marco de asignaturas de práctica pedagógica en una universidad al sur de Chile.
En general, se puede afirmar que la escritura, la observación y el diálogo favorecen una práctica reflexiva en el profesorado en formación. Ante lo anterior, cabe preguntarse: ¿qué tienen en común dichas opciones? y una respuesta podría ser: la reflexividad. Esta es una condición humana que permite cierto distanciamiento consigo mismo y con el mundo, condición necesaria para examinar el propio pensamiento y la acción profesional. Entonces, la experiencia formativa no debería limitarse a que los y las estudiantes escriban, observen o dialoguen, sino a procurar condiciones para que experimenten la reflexividad.
Lo anterior, lleva a preguntarse, ¿bajo qué condiciones los recursos o estrategias desencadenan la reflexión? Existen varias respuestas, entre las que destaca lo propuesto por Dewey (1933), quien estableció que la reflexión se produce ante la perplejidad, duda o confusión. Por su parte, Schön (1992) planteó que problemas no previstos o situaciones que no se pueden resolver con el conocimiento disponible provocan detenimiento y, generan reflexión profesional.
Interesados en observar en nuestra propia práctica formativa qué ocurre con ciertas estrategias, se empleó el análisis del video de clases (Paquay y Wagner, 2010) y se percibió que la brecha entre la expectativa de actuación y el desempeño real produce descontento con la propia actuación, sentimiento que desencadena cierto cuestionamiento. Esto lleva a reconocer que el empleo de las estrategias debería literalmente “problematizar al docente en formación” y, en ese sentido, se decidirá cuáles son las que resultan ser más pertinentes.
Además, se observó que el empleo de ciertas preguntas favorece una práctica reflexiva cuando estas se formulan con la intención de poner al sujeto en frente de su propio quehacer desde una perspectiva problematizante. A continuación, se comparte una propuesta básica de preguntas:
Preguntas
descriptivas |
Preguntas de toma de consciencia |
Preguntas problematizadoras |
¿De qué te das cuenta respecto de tu propia actuación docente? ¿De qué te das cuenta respecto del estudiantado en el aula? |
¿Qué significado de enseñanza/aprendizaje se pone de manifiesto en tu quehacer docente? ¿Qué consecuencias tiene tu práctica docente en términos de aprendizaje, justicia social, equidad…entre otros? |
¿Qué te provoca descontento o perplejidad? ¿Qué aspecto de tu práctica docente te problematiza? ¿Qué quieres cambiar o mejorar? |
Posteriormente se trabajó con relatos de experiencias en la asignatura de práctica pedagógica (Connelly y Clandinin, 1995). Poco a poco se fue perfeccionando una propuesta con tres pasos:
- Describir un suceso significativo vivido en el aula
- Explicar porque la experiencia es relevante
- Tomar consciencia de cómo lo vivido va transformado el sentido de la profesión.
En el marco de esa forma de trabajo se constató que la narrativa potencia el “re-vivir- re-pensar y re-flexionar” lo vivido profesionalmente en el aula escolar.
En síntesis, hemos aprendido de nuestra propia experiencia formativa que se debe sobrepasar la tendencia de trabajar con ciertas estrategias de modo intuitivo y que es imperativo incrementar la comprensión sobre el proceso que desencadena una práctica reflexiva. Esto ha significado preguntarse una y otra vez ¿qué nos lleva a optar por la escritura, observación y/o diálogo? La respuesta paulatinamente se ha ido esclareciendo: potenciar la reflexividad, la problematización y el descontento con lo que se hace, asumiendo que esta disposición afectivo-actitudinal constituye el sustrato a partir del cual se desencadena la reflexión profesional en el futuro profesional de la educación.
Doctora Alejandra Nocetti de la Barra
Dra. en Educación y Sociedad
Docente e investigadora en la Universidad Católica de la Santísima Concepción (Concepción, Chile)
anocetti@ucsc.cl
Referencias Bibliográficas
- Connelly, F. y Clandinin, J. (1995). Relatos de experiencia e investigación narrativa. En Larrosa, J. (ed.), Déjame que te cuente. Ensayos sobre narrativa y educación. Barcelona: Laertes.
- Dewey, J. (1933/1989). Cómo pensamos. Nueva exposición de la relación entre pensamiento reflexivo y proceso educativo (1ª reimpresión). Barcelona: Paidós.
- Paquay, L. y Wagner, M. (2010). Formación continua y video formación: qué habilidades se deben priorizar. En: L. Paquay, M. Altet, E. Charlier y P. Perrenoud (Coord.) La formación profesional del maestro. Estrategias y Competencias (pp. 222-263). México: Fondo de Cultura Económica.
- Schön, D. (1992). La formación de profesionales reflexivos. Hacia un nuevo diseño de la enseñanza y el aprendizaje en las profesiones. Barcelona: Paidós.
Gracias, Alejandra, por compartir desde Chile tu experiencia con los 52 países que participamos en esta comunidad profesional. Las preguntas que propones me parecen sugerentes y fáciles de adaptar a cualquier contexto formativo de docentes en activo.
De nuevo gracias y un saludo desde Barcelona,
Àngels Domingo
Preguntar es un acto de humildad, de reconocerme a mí mismo…de querer completarme gracias al otro pero sobre todo gracias a lo que no percibo en mí…
Muchas gracias Doctora Alejandra por compartir.
¿Será que al analizar el vídeo de la clase, el docente entre a su zona de incertidumbre, y sea esta un motor para la práctica reflexiva?
Muy interesante el proceso metodológico que sugiere para favorecer el proceso reflexivo en estudiantes de formación inicial de profesorado y en docentes en servicio.
Gracias por sus aportaciones. Bendiciones.
Cecilia Medel Villafaña
Gracias Dra. Alejandra.
es muy interesante su propuesta de preguntas básicas. Lo que usted expone en el presente artículo me hizo recordar a José Contreras Domingo, él asevera que la formación del docente es necesario “cancelar la frontera entre lo que sabemos y lo somos”.
Las preguntas que usted propone, creo yo, promueven la reflexión de nuestro actuar como docentes y como personas.
Gracias!
Alejandro Martínez Rangel
México
Muchas gracias Dra. Nocetti.
La preguntas que nos presenta son muy inspiradoras para fomentar la práctica reflexiva.
Pilar L.Lamas,
Perú
Muchas gracias Dra. Nocetti, es muy interesante su aporte respecto a problematizar una situación para lograr posturas reflexivas. Las preguntas problematizadoras es un excelente ejemplo de fácil comprensión y aplicación al ámbito educativo.