Bajo este titular escueto, pero deliberadamente provocador, se esconde un objetivo ambicioso y hoy día imprescindible en cualquier programa educativo, acompañar al alumnado en un proceso de transición que le permita entender y aplicar algunos conceptos básicos en su relación social a través de la red. Es una cuestión trascendente, e ignorarla puede implicar algo tan grave como formar analfabetos digitales.

Sobre el uso lúdico de Internet, los jóvenes y adolescentes no necesitan ninguna enseñanza. Lo saben prácticamente todo y renuevan sus conocimientos y preferencias casi a diario. Sin embargo, no saben nada más que eso e ignoran buena parte de las capacidades de la red para potenciar su vida profesional, que les serán fundamentales para sobrevivir en un entorno muy cambiante y en el que intervienen de forma decisiva conceptos sobre los que nunca han oído hablar. Sobre esta cuestión escribí en mi blog en mayo de 2013 y la mayor parte de reflexiones siguen vigentes.

Esa formación tan necesaria, afecta tanto a estudiantes como a docentes, y profesionales de cualquier nivel y sector. Como sucede siempre que se produce un proceso disruptivo, la sociedad, o buena parte de ella, tiene que poner sus conocimientos a cero en algunas cuestiones y empezar de nuevo. Difícil e incluso molesto, pero absolutamente imprescindible.

Hace unos días, tuve ocasión de poner en práctica estas ideas a través de mi participación como invitado en la asignatura Estrategias de Conocimiento y Comunicación que cursan los alumnos/as de primer curso de la Escuela de Ingenieros de la Universidad de Navarra, en San Sebastián. Fue una iniciativa de la titular de la asignatura, la profesora Arantza Albertos que desarrolla  un proyecto de innovación docente.

Para mí, estas clases impartidas en dos grupos de 80 alumnos/as, han  resultado  especialmente interesantes porqué son una buena ocasión para comprobar el impacto de ciertos mensajes ante una audiencia poco habitual. Normalmente intervengo en programas y cursos formativos  dirigidos a público adulto, pero esta vez se trataba de jóvenes de 18/19 años, que apenas son conscientes de hasta qué punto tendrán que utilizar la red para dar a conocer sus capacidades y estudios.

Por eso ha sido relevante ver como recibían mensajes y conceptos de los que jamás habían oído hablar y la forma en que acogían ciertas ideas. El resultado, una atención y un silencio notable durante una hora entera, más tiempo del previsto. Expuse la importancia de la presencia digital, la reputación online, los procesos de conversión que permiten transformar visitas anónimas en clientes, la importancia del Blog como vehículo de difusión de ideas. Temas que son complejos, de digestión lenta y que precisan ser madurados a lo largo del tiempo. Insistí en ello comentando  que primer curso es el momento ideal para empezar a trabajar una reputación digital que será imprescindible una vez finalizada la carrera.

Y también, algunas reflexiones que provocaron sonrisas, y más de una cara de preocupación, ante la advertencia que todo lo que se publica en la red, queda en la red y que por ello es conveniente una revisión a fondo de lo que cada persona ha compartido a través de diversos canales teniendo muy en cuenta que en un futuro muy cercano eso puede afectar a la credibilidad profesional.

La conclusión: la gente joven ignora a lo que se enfrentará cuando use Internet para su crecimiento profesional. Navegan por la red con una inocencia absoluta y desconocen profundamente algunos términos y procesos clave para conseguir reputación y notoriedad.

Lancé al vuelo determinadas preguntas sobre temas que en mi opinión deberían conocerse y en algunos momentos el silencio fue estruendoso. Pero las dudas posteriores y la evidente sensación que tenían algunos de ellos de haber descubierto algo que de alguna forma se les había escondido, confirma que hay graves fallos de adaptación de los programas educativos a la realidad social.

Por este motivo es elogiable la iniciativa de la escuela de Ingenieros Tecnun. Pero es una excepción y debería ser la norma. Si no formamos a los jóvenes, y cuanto antes mejor, con enseñanzas básicas sobre los procesos disruptivos aportados por Internet, estaremos formando a graduados que serán también analfabetos digitales.

Odón Martí
Estrategia en redes y marketing on-line
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