Este post surge del interés por compartir metodologías innovadoras. En concreto se gestó en una primera reunión con el equipo de Práctica Reflexiva para conocernos y poner en común nuestras líneas de trabajo y de investigación. En ese primer encuentro tratamos del DBM® (Developmental Behavioural Modelling)  y de algunos de sus modelos para el desarrollo de habilidades. Ese primer intercambio y las conversaciones posteriores nos animaron a dar a conocer en esta plataforma algunas nociones sobre qué es y cómo se desarrolla esta metodología en la práctica. 

Hablar de DBM® implica hablar de su creador John McWhirter y de su intensa investigación en diferentes campos: la educación, el trabajo con familias, la terapia o la consultoría. Quienes le conocemos a través de los muchos programas y cursos que desarrolla en España y Reino Unido, podríamos también referirnos a él como un gran maestro que conjuga brillantemente Teoría, Práctica e Investigación. Considero esta característica de enorme interés y valor para los educadores que deseamos vincular –y apropiarnos- de estos tres ámbitos y desarrollar una práctica reflexiva y crítica.

Antes de explicar lo que es DBM® en palabras de su autor, me gustaría compartir con mis colegas de Práctica Reflexiva mi propia experiencia. Como pedagoga y en distintos roles profesionales -profesora, educadora, facilitadora o consultora-, me ha interesado la búsqueda y el estudio de buenos modelos para avanzar en distintos campos de práctica. Durante mucho tiempo mantuve una gran separación entre los modelos estudiados y mi propia práctica. Por otra parte, la práctica continuada y reflexiva no siempre era suficiente para identificar maneras útiles de mejorar o facilitar el aprendizaje y el cambio en mis clientes. Si a alguien le resulta común esta experiencia, quizá comparta conmigo esa mezcla de decepción, insatisfacción y necesidad de búsqueda hacia nuevos horizontes.

También, en varias ocasiones he formulado la dificultad de los educadores para conectar Teoría, Práctica e Investigación desde nuestras aulas y despachos profesionales. O de la insatisfacción que produce el sentirnos “prácticos” sin participar de una teoría, pues como he venido comentando en distintos foros, la práctica es siempre experiencial, no predecible, interpretable y única, mientras que las comprensiones teóricas y la investigación de las disciplinas tradicionales es estable, universal, teóricamente reproducible y comprobable Leer más

Partiendo de estas ideas diría que DBM me ha proporcionado una libertad responsable para investigar y desarrollar una práctica reflexiva y crítica desde una aproximación de respeto y cuidado por la totalidad de la persona. Por una parte, proporciona las herramientas, el aprendizaje y la experimentación necesaria para investigar sobre el terreno los diferentes procesos en los que podemos estar implicados:  el aprendizaje o la enseñanza, el desarrollo de habilidades y competencias, el cambio, las transiciones, las emociones y los sentires, el pensar, la comunicación, el liderazgo, la motivación y el compromiso, la creatividad, el lenguaje, los conflictos, las elecciones, la formación de problemas y soluciones, la evaluación…. Por otra parte constituye una metodología y modelos de intervención útiles para conectar Teoría, Práctica e Investigación en cualquier campo o disciplina: educación, formación, orientación educativa o profesional, terapia, entrenamiento o coaching.

Enseñar a investigar y a explorar cualquiera de estos procesos a partir de la propia experiencia y de la práctica reflexiva, es una habilidad que sigo entrenando con esta metodología o Teoría no formal localizada en la práctica[1]. Más allá de mi experiencia personal, me gustaría explicar algunos de los presupuestos de los que parte DBM®, utilizando las propias formulaciones de su autor. 

‘Developmental Behavioural Modelling’ es una aproximación holística interesada en investigar y modelar los procesos superiores de los seres humanos, que integra algunos de los avances más actuales sobre el aprendizaje y el desarrollo. Está considerada como una metodología para abordar el modelado. Modelo y modelar son dos elementos centrales de esta Teoría y un buen punto de partida para acercarse a ella.

DBM® define ‘modelo’ como una comprensión y representación dinámica y organizada que cada uno construye sobre la base de la experiencia. Experimentando y explorando construimos nuestra comprensión de nosotros mismos y del mundo desde los primeros años de vida. Y en base a nuestra experiencia seguimos creando y cambiando esta comprensión a lo largo de nuestras vidas.

Cada individuo modela y construye esa comprensión de manera personal y única pudiendo desarrollar formas más efectivas de hacer que otras. La posibilidad de añadir nuevas comprensiones y significados a nuestros modelos creados es lo que McWhirter denomina ‘Habilidades de modelado’, habilidades que podemos desarrollar a lo largo de la vida. Pero para desarrollar modelos certeros y ampliar nuestra comprensión del mundo hemos de seguir aprendiendo. Saber cómo formar modelos más certeros y cómo usarlos útilmente es una de las principales habilidades vitales que podemos aprender y desarrollar,  aumentando nuestra capacidad de respuesta, nuestros logros y efectividad en el trabajo y en la vida.

Modelar es por tanto una habilidad vital. La desarrollamos de forma natural, pero podemos también aprender a modelar de manera más efectiva y como adultos, podemos remodelar nuestros propios modelos. La aproximación DBM® constituye una innovación que proporciona un conjunto de habilidades de modelado que se emplean para conocer e investigar en profundidad las necesidades específicas de una situación, -un individuo, un grupo, una familia o una organización-.

DBM ® no solo aborda la manera en la que creamos, construimos y aplicamos nuestros modelos como modeladores naturales. Se interesa también en modelar modelos y teorías formales entendidas como comprensiones elaboradas acerca del mundo y de los seres humanos. Es por tanto, especialmente útil para investigar, comprender, evaluar y optimizar los modelos que ya se emplean. Actualmente hay disponibles más de 370 modelos en DBM ® que pueden utilizarse con esta finalidad.

Para concluir diré que DBM® proporciona un conocimiento más preciso sobre nosotros mismos y sobre cómo construimos significados a cerca del mundo. La condición que requiere: buena dosis de curiosidad y experimentación (no apta para los que ya han concluido sobre algo); aprendizaje colaborativo y a la vez autonomía para construir y re-construir los propios modelos creados.

Quienes deseen más información pueden contactar conmigo a través de mi correo pmamolar@globalcoach.info  o página web: www.globalcoach.info

Un saludo a todos los colegas de esta plataforma y al equipo de Práctica Reflexiva.

Pilar Mamolar

Directora de GlobalCoach.

Profesora Asociada de la UNED.



[1] Este término se utiliza por los autores Usher y Bryant (1992), para diferenciar entre la Teoría formal  o derivada de las disciplinas tradicionales que estudian la educación (psicología, pedagogía, sociología) y la Teoría no formal o teoría localizada en la práctica. Su concepción alienta a cualquier educador en ejercicio a investigar desde la propia práctica.