Por Ana Mª Mata

“Conocernos a nosotros mismos nos permitirá reconocer a los otros, discriminar lo propio, comprender qué sentimientos y pensamientos ponemos en juego, así como reconocer las creencias que sustentan nuestras acciones y decisiones.”  –  (Anijovich y Capelleti, 2017)

El interés mostrado por investigadores y docentes en diversos espacios geográficos del planeta, sobre la propuesta de formación y transformación de la práctica docente desde el paradigma de práctica reflexiva, ha generado investigaciones y experiencias enriquecedoras compartidas a través de diversos medios impresos y electrónicos.

El común denominador en los escritos presentados es una figura del docente intelectual reflexivo, que tiene como rasgos identitarios la creatividad, innovación y flexibilidad de pensamiento entre otros, pero que además está pendiente de los problemas sociales de la escuela (…) que puedan llevar a cabo procesos reflexivos e investigativos desde y para el aula (…) y   puedan transformar la enseñanza con el fin de mejorar los procesos educativos (Morales,2014. p.13).

Uno de los espacios de formación donde se puede consolidar este perfil docente que requiere el mundo globalizado son los posgrados en educación, estos tienen el compromiso de convertir sus aulas en espacios que propicien el pensamiento reflexivo, el saber pensar, el pensar sistémico, que sostiene los modelos y métodos de práctica reflexiva propuestos por los investigadores (Domingo; 2013, 2014, 2017, Anijovich; 2017, Cerecero; 2017, 2018, Malpica; 2017).

En las aulas de posgrado deben compartirse las prácticas de estudiantes y formadores, de modo que todos se nutran de experiencias de trabajo propias y de los iguales, en una comunidad de práctica, de reflexión, de aprendizaje, donde se discuten las experiencias y se analizan a la luz de la teoría, donde se comparte una visión de docencia como “un espacio atravesado por muchos factores e intenciones (…) donde maestros y alumnos aprenden formas de construir conocimiento: saber y saber pensar, investigar y enseñar a pensar la realidad” (Moran,2012, p.27).

Las aulas de posgrado deben ser un espacio, en donde tanto el formador como los estudiantes tengan un papel protagónico en su aprendizaje, donde se potencialice la capacidad para dirigirlo, para estructurar las experiencias y construir teorías propias en y sobre la práctica (Korthaguen, 2010), donde se enseña a pensar el propio pensamiento. Esta es, de acuerdo con el autor, solamente una dimensión de análisis en el proceso de formación de docentes reflexivos.

Enseñar a pensar deviene reflexión y autocrítica, cobran sentido cada una de las decisiones y acciones, se capitaliza la experiencia, sin desdeñar la teoría más bien incorporándola como elemento fundamental del pensar sistematizado, en un aprendizaje dialógico y permanente, con plena conciencia de que “los hombres no se hacen en el silencio sino en la palabra, en el trabajo, en la acción, en la reflexión” (Freire, 2005, p.106).

Es este paradigma de práctica reflexiva en 2015 el que motivó y guió el camino de la transformación de los profesores investigadores y docentes formadores que colaboran en el Centro de Investigación para la Administración Educativa (CINADE), institución ubicada en San Luis Potosí, México, que oferta programas de maestría y doctorado en el campo educativo.

La experiencia obtenida a través de la investigación que se inició en ese año y continua al interior de la institución, de la cual se han difundido y divulgado resultados a través de la publicación de diversos artículo y un libro impreso en el 2016, con el título “De la práctica docente tradicional a la construcción de una práctica reflexiva”, permite afirmar que el camino del cambio y mejora educativa   se encuentra dentro de este paradigma.

Cómo en todo campo de conocimiento, se debe seguir investigando al respecto, innovando, aplicando, valorando los avances y reflexionado a cada paso, sobre los resultados obtenidos, compartiendo en la comunidad académica interesada siempre en mejorar el campo de la educación.

Dra. Ana Ma. Mata Pérez
Profesora investigadora de CINADE (San Luis Potosí, México)
Coordinadora del programa doctoral
Miembro del COMIE (Consejo Mexicano de Investigación Educativa) y de RedMIIE (Red Mexicana de Investigadores de la Investigación Educativa) y de la Plataforma Internacional de Práctica Reflexiva. 

Referencias

Anijovich; R y Capelleti; G. (2017). Práctica reflexiva…hilos que conforman una trama. En: Domingo; A. y Anijovich; R. (2017). Práctica reflexiva: Escenarios y horizontes. Avances en el contexto internacional. Buenos Aires: AIQUE
Cerecero; I. (2018). Práctica reflexiva mediada. Del autoconocimiento a la resignificación conjunta de la práctica docente. Editorial Académica Española.
Domingo; A. (2013). Práctica reflexiva para docentes. De la reflexión ocasional a la reflexión metodológica. Alemania: PUBLICIA
Domingo; A. y Gómez V. (2014). La práctica reflexiva. Bases, modelos e instrumentos. Madrid, España: Narcea
Domingo; A. y Anijovich; R. (2017). Práctica reflexiva: Escenarios y horizontes. Avances en el contexto internacional. Buenos Aires: AIQUE
Freire; P. (2005). Pedagogía del oprimido. México: Siglo XXI
Korthaguen; F. (2010). La práctica, la teoría y la persona en la formación del profesorado. Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado. 68 (24,2), 83-101.
Morán; P. (2012). La evaluación cualitativa en los proyectos y prácticas del trabajo en el aula. México: IISUE
Morales; C. (2014). El pensamiento crítico en la teoría educativa contemporánea. Revista electrónica: Actualidades investigativas en educación.Vol.4, No.2, pp.1-23. Consultado en: http://www.redalyc.org/pdf/447/44731371022.pdf