Àngels Domingo Roget

Doctora en Pedagogía, experta en Práctica reflexiva, impulsora y directiva de practicareflexiva.pro

QUÉ ES LA PRÁCTICA REFLEXIVA? [1]

La Práctica reflexiva (PR) es una metodología de formación en que los elementos principales de partida son las experiencias de cada docente en su contexto y la reflexión sobre su práctica. Se trata de una opción formativa que parte de la persona y no del saber teórico, que tiene en cuenta la experiencia personal y profesional para la actualización y la mejora de la tarea docente.

Este modelo formativo, además de profundizar en el conocimiento de la materia, la didáctica y la pedagogía, pretende también que el profesorado sea capaz de autoformación, puesto que convierte la reflexión en la práctica y sobre la práctica en un hábito consciente que se integra en la actividad diaria.

El punto de partida es, como se ha afirmado, la práctica en el aula del personal docente que participa en la actividad. Se trata de analizar la propia acción docente, reflexionar y construir conjuntamente propuestas para la mejora en los puntos en que la eficacia de los aprendizajes del alumnado no se considera exitosa.

Toda actividad formativa basada en la PR se realiza en grupos reducidos de docentes del que forma parte un experto que hace la función de facilitador o formador. La formación se plantea entre “iguales”. El formador se sitúa en el mismo plano que los participantes y adopta un papel simétrico, aunque le corresponda ejercer funciones de experto. Por otra parte, desde el mismo proceso de la PR se dispone de la aportación del conocimiento teórico de expertos: documentación, artículos, bibliografía, ponencias,etc.

Para implantar esta metodología se debe crear un grupo o seminario de personal docente-se han llamado, en sentido figurado, pequeñas comunidades de aprendizaje-donde los participantes se interesaron por aprender individualmente y cooperativamente. Esto significa que hay que trabajar de manera sistemática los métodos adecuados para lograr el clima necesario de confianza mutua entre los miembros, ya que tendrán que compartir experiencias, ayudarse mutuamente, orientarse unos a otros,etc.

El núcleo de la actividad es llamado “ciclo reflexivo” y es lo que deberán seguir los participantes del grupo. La comunicación entre los participantes y con el facilitador tiene un papel de primer orden; debe ser una comunicación sencilla y sobre todo permanente y muy fluida. Una vez aprendida la metodología de la PR, también se puede utilizar individualmente pero con resultados menos enriquecedores.

Sobre la finalidad de la PR podemos señalar que lo que pretende es transformar la práctica diaria en el aula en un proceso de investigación más que en uno de aplicación.

Un proceso de investigación-acción en el que el personal docente, en su contexto de intervención, intenta comprender de forma crítica las situaciones con que se enfrenta.

Se trata de entrar en el aula con el objetivo de investigar, y no de aplicar únicamente lo aprendido en la universidad o los cursos de formación. Habrá que ser críticos, introducirse en un proceso de cuestionamiento, de indagación, de análisis y de experimentación, de generación de nuevas estrategias de actuación, de reconceptualización y, en su caso, de cuestionamiento de los esquemas más básicos de funcionamiento , de las creencias y teorías implícitas.

De este modo, la actuación como docentes activos en el aula siempre se acompaña de un componente de investigación. La PR convierte así en una de las principales competencias para el desarrollo profesional del personal docente.

A continuación se sintetizan los principales objetivos formativos que pretende esta metodología:

  • Formar docentes reflexivos capaces de resolver las situaciones prácticas como profesionales expertos
  • Enseñar al profesorado a sumergirse en la espiral continua de acción-reflexión-acción, que integra bidireccionalmente la teoría y la práctica, el conocimiento formal y el conocimiento práctico, el criterio científico y el compromiso ético y social.
  •  Proporcionar a los los docentes una metodología que mejore su capacidad de gestionar adecuadamente el aula: la contextualización, la complejidad y la toma de decisiones en situaciones de incertidumbre e inmediatez.
  •  Aumentar en el profesorado la preparación metodológica para innovar e investigar a partir de su propia práctica.

Y para cerrar esta explicación cito unas líneas de Donald A.Schön referentes al profesional reflexivo que resultan estimulantes para aquellos buen docentes que a menudo no encuentran la manera de combinar la docencia con la investigación: “Cuando alguien reflexiona desde la acción se convierte en un investigador en el contexto práctico”.


[1] Artículo divulgativo publicado en  http://www.edu21.cat/ca/continguts/284

(2) Schön, D. A. (1998) El profesional reflexivo, p.72