Como todo planteamiento metodológico, la práctica reflexiva requiere de herramientas pedagógicas de diversa índole para su puesta en escena. En este sentido, el paradigma formativo que sustenta nuestra visión contempla la incorporación planificada y paulatina por parte de la persona experta que guía y acompaña (persona formadora o docente en el caso de la formación inicial) de estrategias o procedimientos para fomentar tres tipos de reflexión (Schön, 1983), a saber:

– La reflexión para la práctica («reflection-for-practice») – la reflexión prospectiva sobre la planificación, así como los conocimientos necesarios para diseñar la propia actuación de forma fundamentada así como adecuada al contexto y a la propia manera de ser;

– la reflexión en la acción («reflection-in-action») – la reflexión durante la práctica docente

– y la reflexión sobre la práctica  («reflection-on-action») – la reflexión restrospectiva y crítica de la propia actuación que debe ayudar a la concienciación de las fortalezas pero también de los aspectos a mejorar

Según el nivel de la formación – inicial o continua – se trabajará de una manera u otra en cada uno de los tipos de reflexión. En cualquier caso, es necesario el uso de estrategias para ayudar a las personas en formación a  analizar con mirada crítica y reflexiva  los acontecimientos del aula o lo que es lo mismo, a desarrollar una mirada investigadora hacia los mismos. Esta mirada indagadora deberá llevarle con el tiempo a construir un propio conocimiento práctico de forma fundamentada que deberá ir revisando de forma continuada a lo largo de su vida profesional. Por ello, los instrumentos de ayuda deberán concebirse como instrumentos de modelaje metacognitivo que ayude a la persona en formación y a lo largo de la vida a:

a) tomar conciencia de cuál es el punto de partida sobre lo que hace y sus creencias y representaciones;

b) contrastar, revisar y enriquecer de forma continuada las ideas de partida a través de la observación del aula, del trabajo colaborativo entre iguales así como del trabajo significativo con las disciplinas teóricas;

c) construir criterios didácticos significativos para diseñar acciones pedagógicas adecuadas y fundamentadas, y ello de forma autónoma;

d) aprender de y con otras personas, iguales o más expertas.