Por Enrique Sánchez

Tradicionalmente, la forma de ejercer el liderazgo ha guardado mucha relación con modelos autoritarios, en los que la capacidad de decisión recae exclusivamente en una persona, que también asume la máxima responsabilidad respecto al resultado de sus órdenes. Esta forma de liderar tiene grandes inconvenientes, como despreciar la inteligencia colectiva de la organización o crear un gran desgaste tanto en el líder como en su equipo. Todo ello conduce a resultados personalistas, que siempre suelen estar por debajo de lo que se consigue con el compromiso de todos y todas.

¿Cómo podemos cambiar el liderazgo tradicional? Esta pregunta, muy pertinente en el ámbito empresarial, también nos la debemos plantear en relación a los contextos educativos, ya que el liderazgo pedagógico (el de las direcciones de centros o el de los propios docentes en sus aulas) también tiene mucho de tradicional.

Una nueva corriente está surgiendo con fuerza en las organizaciones más innovadoras, es el Art of Hosting (Arte del Liderazgo Participativo), y propone transformar el ejercicio del liderazgo progresando desde lo personal a lo sistémico. Este tipo de dinámicas favorecen la búsqueda de ideas, la evaluación procesos o la optimización de productos. Además, el valor formativo de estas dinámicas se incrementa notablemente cuando se adaptan integrando estrategias de la Práctica Reflexiva. La experiencia que recogemos en este post es un buen exponente de ello.

Desde el Centro del Profesorado de Málaga estamos promoviendo la implementación de dinámicas como el Work-cafe en el funcionamiento de organizaciones educativas. Esta propuesta implica realizar un análisis compartido de los problemas de un colegio o instituto con el fin de encontrar soluciones compartidas. Los pasos a seguir son los siguientes:

  • ORGANIZACIÓN. Prepara un buen desayuno para tu equipo. Los manteles serán muy importantes: lo ideal es que sean de papel claro, para que se pueda escribir sobre ellos. Recuerda que muchas buenas ideas han nacido de anotaciones en una servilleta de papel…
  • INVITACIÓN. Presenta la dinámica como un “desayuno de trabajo”. Las personas de tu equipo deben distribuirse en mesas de cuatro comensales, en las que ya habrá diferentes tipos de rotuladores.
  • Una de las personas del grupo debe asumir el rol de CONECTOR… De momento no necesitan más información. El resto del grupo no tiene rol asignado.
  • ACCIÓN. El desencadenante se presenta en forma de pregunta (por ejemplo: ¿Cómo podemos mejorar tal o cual aspecto?). Los miembros del grupo conversarán sobre la pregunta mientras desayunan. Cuando surge una idea interesante deberán anotarla en el mantel.
  • CAMBIO DE MESA. Después del primer café, las personas del grupo que no tienen el rol “conector” cambiarán de mesa. El “conector” recibirá a las tres personas nuevas en su mesa, y les explicará las conclusiones a las que llegó el grupo anterior (y que quedaron sobre el mantel).
  • RE-ACCIÓN. El nuevo grupo trabajará sobre las ideas del anterior, a través de una nueva pregunta de profundización (por ejemplo: ¿Cómo podemos poner en marcha las ideas escritas sobre la mesa?, ¿con qué recursos contamos para desarrollarlas?, etc.). Seguirán escribiendo sobre el mantel. Puedes proponer tantos cambios de mesa como quieras. Solo ten en cuenta que esta dinámica engorda mucho si se alarga.
  • PUESTA EN COMÚN. Los “conectores” habrán estado siempre en la misma mesa, lo que les dará una visión sobre todo el proceso. La dinámica se cierra con una puesta en común, en la que cada “conector” comenta un post-it por cada una de las cuestiones planteadas. Con ello, el problema inicial se aborda desde una perspectiva compartida, embarcando a la inteligencia colectiva en la respuesta.

VALORACIÓN DE LA EXPERIENCIA

Después de aplicar los “desayunos de trabajo” con equipos técnicos de la Consejería de Educación y con Claustros de diferentes etapas educativas, cabe destacar que su beneficio no redunda solo en la mejora de las ideas generadas. Hemos detectado que este tipo de iniciativas contribuyen a mejorar el clima de trabajo en el equipo, ya que las personas que son consultadas en el proceso de toma de decisiones se sienten más valoradas y motivadas. En conclusión, consideramos que integración de estrategias de la Práctica Reflexiva con dinámicas del Art of Hosting pueden ser un recurso muy adecuado para su aplicación en contextos educativos.

 

Enrique Sánchez Rivas

Profesor de la Universidad de Málaga (España)

Colaborador de la Plataforma Internacional Práctica Reflexiva