Por Arthur Chiaravalli

En julio de 2017 publicamos en nuestro blog “Ni jueces ni contables: hacia una evaluación transformadora”, de Mariana Morales. Como desarrollo de este tema, publicamos ahora la traducción del artículo “Teachers going gradeless”, en el que el profesor Arthur Chiaravalli describe su camino hacia una enseñanza sin calificaciones. Agradecemos al autor esta colaboración con la Plataforma Internacional Práctica Reflexiva.

Tras años de enseñar utilizando principios del aprendizaje basados en estándares y calificación, he realizado dos hallazgos que han cambiado radicalmente mi perspectiva sobre la evaluación, la calificación y los informes de evaluación.

Mi primer hallazgo proviene de Ruth Butler (1988, citado por Wiliam, 2011) y se refiere a la retroalimentación. Butler examina tres tipos de feedback: un feedback consistente solo en una calificación, otro basado exclusivamente en comentarios y un tercer tipo en el que se ofrece feedback a través de calificaciones y comentarios. Su estudio demostró que la evaluación basada únicamente en calificaciones produce estudiantes complacientes o desmotivados dependiendo de cómo lo hicieron. Las calificaciones con comentarios eran igual de ineficaces pues los estudiantes se centraban exclusivamente en la puntuación, ignorando los comentarios. Sorprendentemente, fueron los estudiantes que únicamente recibieron comentarios los que mejoraron más.

Mi segundo descubrimiento procede de John Hattie (2012), cuya síntesis de 800 metaestudios demostró que la autoevaluación del estudiante encabezaba la lista de intervenciones educativas con un efecto mayor en escala. Al enseñar a los estudiantes a autoevaluarse con precisión basándose en criterios claros, los docentes les capacitan para que se conviertan en “aprendices que se autorregulan” capaces de controlar, regular y guiar su propio aprendizaje. La razón por la que los estudiantes nunca desarrollan estos rasgos es que nuestro monopolio sobre la evaluación, la retroalimentación y la calificación ha entrenado a los estudiantes a adoptar una actitud de pasividad total en el proceso de aprendizaje.

Al conocer estas ideas, me di cuenta de que mis prácticas de evaluación estaban inundadas por un excesivo énfasis en las notas y por mi dominio total sobre el proceso de evaluación y calificación. Este año, he cambiado mi enfoque: empleo únicamente comentarios y doy feedback, sin poner una nota hasta el final de cada trimestre. En ese momento, doy a los estudiantes la oportunidad de evaluar su desempeño general con la ayuda de mis criterios descriptivos de calificación (adaptados de 15 Fixes for Broken Grades, de Ken O’Connor). Al final de este proceso, mantienen una entrevista personal conmigo, o completan una carta o video explicando la nota que creen que se merecen.

Ha sido todo un viaje. En el camino, me he encontrado con muchos guías sabios y viajeros intrépidos, gente como Joy Kirr, Starr Sackstein, Aric Foster, Sarah J. Donovan, Peter Anderson, la profesora Jennifer Hurley, Jen Doucette y Aaron Blackwelder. Cada uno de estos educadores ha desarrollado su propio enfoque, fomentando comunidades construidas en torno al crecimiento, la confianza y la reciprocidad.

Para apoyar a otros en este mismo viaje, Aaron Blackwelder y yo hemos creado recientemente en Facebook el grupo Teachers Going Gradeless. Con este nombre queremos expresar la idea de un espectro, un continuo, un proceso, un viaje.

Para algunos de nosotros, la expresión gradeless significa calificar menos, esto es, limitar el impacto de las notas en el contexto de las limitaciones actuales. Algunos solo están tratando de huir de prácticas tóxicas de evaluación y calificación, como las evaluaciones sin oportunidad de repetir o de reintentar, o poner ceros en una desproporcionada escala del 0 al 100.

Para otros, gradeless significa sin notas, es decir, evitar por completo el efecto dañino y desmotivador de las calificaciones. Estos docentes tratan de poner el foco en el aprendizaje eliminando las calificaciones en favor del feedback y el crecimiento. Algunos incluso trabajan en escuelas que han sustituido por completo los informes tradicionales por portafolios o evaluaciones cualitativas. Esto último lo experimenté en la University of Michigan’s Residential College en los años 90. (Si dispone de un par horas, ¡puedo mostrarle mi boletín!)

Basándonos en las investigaciones de Ruth Butler, Dylan Wiliam, John Hattie, Daniel Pink, Carol Dweck, Alfie Kohn, Linda McNeil, Linda Mabry, Maja Wilson y muchos otros, somos profesores convencidos de que la enseñanza y el aprendizaje pueden mejorar si calificamos menos.

Arthur Chiaravalli
Profesor en la Haslett High School (Michigan, EEUU)

Cofundador del grupo  Teachers Going Gradeless

Nota: En nuestro blog publicaremos otras reflexiones y desafíos de este grupo internacional de docentes acerca del aprendizaje sin calificaciones.